Cada vez hay menos cajeros automáticos. El cierre de sucursales y la disminución del uso del dinero en metálico han hecho que estas máquinas vayan desapareciendo. Un problema especialmente grave en pueblo pequeños. Muchos de ellos se han quedado sin una sola sucursal o cajeros automáticos. Debido a esto, sus habitantes no tienen forma de sacar dinero en efectivo.

La crisis del covid ha aumentado este declive de los cajeros. Tanto por el aumento del pago con tarjeta como por la pérdida de relevancia de los estancos. Todo este hace que la previsión es que el cierre de cajeros siga su imparable destrucción de esta vía para poder sacar dinero en efectivo.

Ante esta situación han surgido diferentes soluciones innovadoras. Desde bancos móviles en caravanas que pasan cada cierto tiempo por esos pueblos, a que sea Correos quien se ocupe de llevar dinero en efectivo. Pero una de las que se está abriendo paso con mayor fuerza son los cajeros en los estancos.

Esta opción está cada vez más presente gracias a bancos como Nickel, el neobanco de BNP Paribas. Solo hay que abrir una cuenta y obtener una tarjeta. Con esa tarjeta los clientes pueden ir al estanco y sacar dinero. Es el propio estanquero el que les da el dinero en efectivo, con un límite de 350€ semanales. La cuenta en sí no requiere nómina, ni ingresos recurrentes, ni mínimos.

En este caso, los estanqueros, al prestar ellos el servicio, son los que se quedan con la comisión, no el banco. Además, esta cuenta es solo para realizar las operaciones bancarias básicas, por lo que nuestros estanqueros no nos acosaran vendiéndonos productos financieros extras. Los estancos que ofrecen este servicio cuentan además con un punto con monitor para poder realizar estas operaciones básicas.

Otros bancos también ofrecen servicios parecidos, como es el caso de ING a través de su app, Twip. Esta aplicación permite sacar dinero en varios establecimientos a lo largo del país, como por ejemplo en diversos estancos. La condición que ponen es que hay que realizar una compra antes en el propio establecimiento.

Esta solución que ofrecen algunos bancos ante la falta de cajeros permite que el dinero en efectivo siga circulando en pueblos pequeños. Esto es especialmente bueno, ya que en los pueblos es donde el pago en metálico es más habitual que el pago con tarjeta.

Los estancos se vuelven así incluso más importantes de lo ya son para la comunidad. Suman este servicio que se añaden a los que ya ofrecen como la venta de productos de gran calidad, incluyendo los distribuidos por Ibermax. Como siempre sucede, los estancos están ahí para atender a la comunidad prestando los servicios más necesarios.